lunes, 3 de marzo de 2008

MÚSICA, HISTORIA Y MITO

Después de leer los documentos sobre el mito, son muchas las reflexiones que me puedo plantear acerca de la música, ya que se empiezan a reconocer los esquemas, los mitos, las historias que configuran mi percepción, mi aprendizaje de la música.
Así entonces se generan en mi muchas preguntas, ¿por qué cuando se habla de historia de la música mi mente se dirige inmediatamente a la historia de la música europea, en vez de pensar en la música de mi país? ¿por qué en un país en el que la música académica no tiene gran valor social, decidí tomar esta música como proyecto de vida? ¿por qué a pesar de mi conocimiento teórico e histórico de la música, a pesar de los paradigmas y las restricciones que plantea nuestro medio musical, puedo disfrutar fácilmente la música popular? ¿por qué no está entre mis intereses el interpretar otros tipos de música?

Estos y muchos otros planteamientos se pueden cruzar por mi mente, y me parece preocupante el desconocer la historia musical de mi país, el concientizarme de que vivo el mito de la música europea y desconozco mi herencia musical latinoamericana. Y ahora se que al estar inscrita en el esquema de ideas de la música occidental, decidí estudiar esta música porque supuestamente es, por decirlo de algún modo, la más válida, la más estructurada, la “verdadera”.

Sin embargo, y en respuesta a mi tercer cuestionamiento, podría decirse que es debido a la idiosincrasia de mi país, a los medios de comunicación, y a el hecho de que la música clásica no es muy “popular” acá; que puedo disfrutar de la música popular tanto como disfruto de la música clásica, aún cuando se que, midiéndola con la vara de lo académico, son músicas “mediocres”. Puedo disfrutar de esas músicas porque se que su objeto no es dominar la técnica ni la teoría, y porque creo que en el fondo no tienen un interés estético, porque se que tienen un valor mas comercial, y que de acuerdo a esto cumplen su misión.

No me interesa interpretar otras músicas, porque no las siento, porque no están dentro de mi mito y no las siento propias, porque no me veo a mi misma tocando jazz o salsa, porque mi proyecto musical esta inscrito en la música clásica y en la música colombiana “académica”.

Son muchas mas los interrogantes que se pueden generar en mi sobre estos temas, y se que son muchos mas los interrogantes que no me voy a plantear, porque vivo en su mito, y por lo tanto no los reconozco porque son parte de mi vida. Incluso al creer saber las respuestas a las cuestiones anteriores, es posible que nada cambie en mi percepción de la música y su historia; sin embargo, queda una puerta abierta, queda el asunto de por qué hago lo que hago, por qué pienso lo que pienso; y ahora se que esas verdades a las que me aferro, que constituyen y fundamentan mi mundo, pueden ser vistas desde afuera como mitos, como simples códigos que configuran y manipulan mi esquema mental. Ahora se que la música que estudio es una entre montones de músicas, y que ésta esta llena de mitos, de códigos que la estructuran pero que no son, por asi decirlo "reales". Ahora se que el arte, la historia, la sociedad, la música, no tienen una sola lectura, que tienen montones de lecturas, y que es allí donde radica su riqueza.

1 comentario:

Carlos Mario Jaramillo dijo...

Las expertiencias de la música estan inscritas en cada cultura de maneras diferentes, una de las indicaciones de mito y realidad establece como el mito desencdena en diferentes cul.turas formas de ordenar la realidad y por lo tanto de hacer lectura de fenómenos como la música en el contexto de los rituale, la cotidianidad, el mundo académico: hace que podamos leer músicas como un acontecimiento de signos que se entretejen, considero que la diferencia entre música occidental y "música colombiana" hoy tiene horizontes borrosos, los compositores hoy en colombia usan diferentes materiales sonoros, sin preguntarse si en realidad viene de alguna raíz autóctona o no, la idea de música de mi país como tu la planteas también es una suma de diálogos en donde el arte no establece fornteras, la música noi el arte viajan en fronteras geopolíticas, se constituyen en tejidos espaciales de culturas que se encuentran para resistirse o para sumergirse unas en otras, es muy explícito en tu texto una consideración de diferencias entre música cadémica y otras músicas, mi invitación es que las fronteras que establecen esas diferencias puedan ser transitadas como mas insistencia, en vez de reocnocer que son difenetes.